No es la primera vez que escribo acerca de lo maravilloso que es educar, durante la pandemia me di cuenta de que la educación trasciende más allá de un salón de clases y te lleva a conectar con más gente maravillosa (estudiantes) con nuevas ilusiones día con día.

Pero en esta ocasión quiero manifestar estas palabras para decirte a ti mi querido estudiante, qué no te rindas, si antes viajabas a un aula de clases día con día, sacrificando tu tiempo, salud y cada gota de sudor que dejas en tu trabajo, o cada sacrificio que hacen tus padres en los EE. UU. o cualquiera que sea lo que hace para que tu puedas continuar tus estudios, por favor valóralo, entiende que el dinero no crece en los árboles y que conectado en las redes sociales solo estarás entretenido y no avanzaras en tu crecimiento intelectual.

Créeme que en 20 años de ejercer esta maravillosa profesión de ser docente, maestro, consejero de varias universidades, he visto como gente que naufraga en la desesperanza, ve en la preparación académica una luz al final de la cueva, si me dicen algunos estudiantes “Profe si no tienes conectes es imposible llegar a la cima” y ahí es en donde les contesto, pueda que si hijo y que me decís del estudiante que emprendió su propia empresa o de aquel humilde conserje que entregando sobres de oficina en oficina aprendió como se movían todos los hilos de la empresa, entiende como se podía mejorar, se preparó estudiando en la universidad y fue tomado en cuenta para crecer dentro de la misma; y ahora es el Gerente nacional de esa empresa; como me explicas eso. 

A lo cual muchas de las respuestas es el silencio; y no, no es un debate que yo siempre debo de ganar, es simplemente que como docente debemos enseñar desde la experiencia y que claro tenemos que no cambiaremos el mundo entero, pero haciendo pequeños actos como: arreglar tu cama antes de irte a tu odisea diaria, tratar con respeto a las personas, dar lo mejor de ti mismo y amar lo que haces, de esa forma ya estas generando un cambio; que tener presente que en las cosas pequeñas que haces hay una gran pasión por ver un mejor mañana y no solo para ti, sino también para tu comunidad, nación y los tuyos.

También veo como mucha gente se queja, unos me dicen: Lic. No me gusta mi trabajo, mientras que otros me dicen: Lic. Como me gustaría tener un trabajo, otros me dicen: Lic. Quisiera ser niño para no preocuparme por nada, otros me dicen: Lic. Quisiera ser viejo para descansar. Es ahí donde me doy cuenta de que los seres humanos somos complejos y que es difícil mantenernos felices, pero citare una frase de uno de los poetas y cantantes que más admiro aun después de dejar este mundo que es Facundo Cabral y espero que la misma toque tu corazón para que te des cuenta lo valioso que eres y que cuando disfrutas lo que haces, encontraras ese propósito del cual te hablo casi siempre en mis salones de clases o cuando platico contigo y esa frase es:

“Quien trabaja por obligación, estará llevando pan envenenado a la mesa de su casa, pero quien ama lo que hace estará benditamente condenado al éxito.”

Valora lo que tienes, que sos parte de la mínima muestra del mundo que podrá terminar sus estudios, no existe formula exacta para el éxito, pero te dejo algunos pasos que según mi experiencia sé que te ayudaran a formarte tu propia idea de encontrarlo, estas son:

Se una persona con propósito y metas, no permitas que el mundo hedonista que vivimos te distraiga de alcanzar tus sueños.

1 – Preocúpate mucho por tu salud física, mental y emocional; deja el teléfono a un lado y sal a caminar, haz deporte y diviértete sanamente.

2 – Procura amar y cuidar a los tuyos (Hijos, padres, pareja y familia en general).

3 – Siempre me preguntan porque la familia de tercero, a lo que les contesto: si eres una persona sin ambición ni metas, así mismo sin ningún tipo de salud, decime: ¿cómo vas a cuidar de los tuyos?

Querido estudiante, alumno, amigo, compañero y futuro colega no importa de la ciudad o país que recibes clases conmigo y con mis colegas en esta maravillosa universidad como lo es UTH, por favor sigue tus sueños, no desmayes, nadie dijo que el camino era fácil, mantén tus valores firmes y recuerda que no es malo cometer errores, lo malo es no quererlos corregir. Y como dice uno de mis seres amados: “Gustavo: no hay almohada más cómoda que el de una conciencia tranquila”, saber que algunos días no son como lo esperamos, tener la conciencia tranquila que tenemos que seguir luchando con valor y entereza para lograr nuestros sueños y metas.

Sé feliz y disfruta lo que haces, créeme esto mejorará tu autoestima y te sentirás más útil para la sociedad y tus seres amados.

Att.
Gustavo Arturo Jeffs Henríquez
Docente de Pre y Post Grado
Universidad Tecnológica de Honduras

[stm-calc]