Mejor comprensión financiera, toma de decisiones más informada, mejora de la productividad, identificación de oportunidades de ahorro, mejora de la perspectiva empresarial, mayor confianza y credibilidad, y desarrollo profesional. Estos beneficios pueden tener un impacto positivo tanto a nivel individual como organizacional.
Competencias a desarrollar
Habilidades necesarias para comprender, analizar y aplicar conceptos financieros en su trabajo diario, lo que contribuye a una gestión financiera más eficaz y a la toma de decisiones informadas.